jueves, 25 de abril de 2024

Santo Evangelio 25 de Abril 2024



 Texto del Evangelio (Mc 16,15-20):

 En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.



«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»


Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat

(Barcelona, España)

Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.

Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.

El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.

Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.

¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20)

En la Nueva Era, fue «atacada para no seguir a Dios»: «Estás viva de milagro», le dijo un exorcista

   


En la Nueva Era, fue «atacada para no seguir a Dios»: «Estás viva de milagro», le dijo un exorcista

Marian Reinoso. 

Tras un infierno en la Nueva Era que casi acaba con su vida, la mediática Marián Reynoso se convirtió en una militante difusora de la fe, la oración y la conversión en Tierra Santa y en redes sociales.

A sus 51 años, Marián Reynoso considera que el éxito tiene dos caras. Y ella ha alcanzado ambas. En el plano terreno sabe lo que es ser conocida en todo un país, visitar radios y televisiones en prime time y ver abrirse todas las puertas a su paso. Solo tenía una condición: no hablar de Dios. Entre las cámaras, la fama y el liderazgo, una inexplicable dolencia la dejó meses en cama, cerca de la muerte. Era el momento de decidir si servía a la luz o a la oscuridad. 

Criada en una familia católica de México, Reynoso tuvo durante su infancia y juventud una vida católica ejemplar. Frecuentaba con su familia la oración y los sacramentos, se casó a los 22 años y fundó una familia cristiana "de la mano de Dios" junto a su marido, Salvador.

Pronto llegó el primero de sus hijos. Cuenta a El rosario de las 11 que, con cinco años, sufrió una dolencia para la que la medicina no encontraba una solución clara e inmediata. Desesperados, encontraron "terapias" alternativas que prometían su sanación. 

"Tenía 26 años, era ignorante y tratándose de mi niño, permití que estas `ayudas´ se hiciesen realidad en nuestras prácticas cotidianas. No tenía capacidad de discernir el bien y el mal y aunque sabía que algo estaba mal, la paciencia no era lo nuestro", admite.

Acechada por el mal y deseando escuchar a Dios

Marián no sabía que se había metido "donde no debía" y que "el mal estaba al acecho de las almas que Dios quiere que se dediquen a Él".

Pero ella era católica y si algo quería era profundizar en su relación con Dios. A los 30 años, rodeada de terapias alternativas y chamanes, estaba leyendo un libro cuando empezó a notar "un hambre de Dios brutal".

Marián sabía que al rezar ella "le hablaba y que cuando enfocase la mente, le escucharía, pero no sabía. Quería aprender a escucharle. Cerré los ojos, empecé a hablar con Dios y le dije: `Por favor, quiero escucharte´".  

En ese momento recibió lo que aún considera uno de los regalos "más maravillosos" que ha recibido en vida.

"Fueron unos 10 minutos de un sentimiento de una paz y un amor que me abrazaba, como si mi mente se pausase totalmente y todo dentro de mí se hacía luz, como sentir Su presencia. Y lloraba y lloraba"; recuerda.

"Por sus frutos los conoceréis"

Desde ese momento, Marián se propuso ayudar a que todos pudiesen experimentar lo que ella había recibido.

Como católica, buscó técnicas de meditación dentro de la propia Iglesia para mejorar su oración, pero al no encontrar a nadie que pudiese ayudarle, probó en las técnicas orientales.

Fue el comienzo de siete largos años que al contar su testimonio define como "por sus frutos los conoceréis".

Lo probó todo, desde el hinduismo y el budismo hasta el sintoísmo, la cábala, la metafísica o la sanación con las manos. Recuerda tener siempre un libro en la mano, tratando de apagar "un hambre que nunca se saciaba". Y su "sexto sentido" o facilidad para "ver seres espirituales, auras, colores y sueños", no ayudaba. Parecía que había nacido para la Nueva Era.

Conforme progresaba no eran pocos quienes se acercaban a ella, al principio prometiéndole ayuda.

"Todas las puertas se abrían"... si no hablaba de Dios

"Una se presentó como psicóloga para orientarme en este camino, pero me avisó de que yo era de la luz y ella de la oscuridad", relata. Lo cierto es que cada vez que la veía a Marián se le "cerraba el estómago"; pero pronto se distraía y progresaba.

"Meditaba tres horas al día, mi sensibilidad espiritual aumentaba y mientras esta persona se acercaba a mí durante 7 años iba ganando terreno espiritual y adentrándose en mi familia", recuerda.

Al mismo momento, "todas las puertas" comenzaban a abrirse para ella en televisión, radio y eventos.


También participó en la fundación e impulso de un movimiento con cierta relevancia social, Abre tu corazón, donde pretendía "despertar conciencias" en pro de "responsabilizarse de la propia vida y no culpar al mundo". Muchas proclamas filantrópicas y caritativas pero que, en los medios de comunicación, nunca le permitían expresar hablando directamente de Dios.

Sin fe en el demonio 

En pleno éxito mediático, social y "espiritual" también en la Nueva Era, Marián recordó la frase "por sus frutos los conoceréis"… y miró a su alrededor.

"No me gustaban los frutos de esas personas. Me hablaban de cosas bonitas, pero no me gustaba. El que me enseñaba una técnica cambiaba de pareja en pareja, otra criticaba a sus alumnos, otro era misógino, otra era muy espiritual pero iba por si quinta pareja habiendo dejado a dos familias completas", enumera.

En los medios de comunicación ocurría algo similar, "estaba convencida de que el mensaje estaba bien, pero si no me hacía adherirme a sus corazones [de mi familia y los más cercanos] como ellos a mí, no era real. Si en casa no era la mejor versión de mí misma, haciendo familia y siendo mejor con los míos, entonces era un fracaso, no era real ni auténtico", recuerda.  

En ese momento, aquella guía espiritual le advirtió de que estaba "muy expuesta", pero Marián reconoce que su gran falta de fe, más que en Dios, era en el demonio, "creía que todo era bueno, confiaba en todos y no creía en el mal".

Hasta que atacó: "No estás muerta de milagro"

Hasta que un día, sin motivo, se desmayó. Fue la antesala de seis meses en coma, en silla de ruedas, a punto de desangrarse en alguna ocasión y sin ninguna explicación médica. Estaba además incapacitada para rezar: "Sufría muchísimo".

Tan pronto como quedó convaleciente, recuerda que también "llegaron las ayudas espirituales correctas, gracias a Dios".

Marián llegó a pesar 20 kilos menos, sin tono muscular y pensando que iba a morir sin explicación, con su familia rota, cuando una amiga de su madre preguntó si había consultado la opinión de un exorcista.

Por probar no solo "no perdía nada", sino que como se comprobaría, podría ganarlo todo. Y concertó una cita con él.

"¿En qué te has metido? No estás muerta de milagro. Tu fe y buena intención te han salvado, pero tu ignorancia casi te mata. Te metiste durante siete años en los sótanos de los sótanos más peligrosos que te imaginas", le dijo antes de pronunciar una oración de liberación.

Conforme mejoraba y gracias a la ayuda del exorcista, Marián comprendió que el trabajo que había hecho junto a sus compañeros de doctrinas era "espiritual" y, como concluiría más tarde, aquellas personas "estaban detrás de los ataques, para que no siguiera los planes de Dios".

"Jesús, en ti confío"

Aquella fase se prolongó durante siete años. Tras su sanación, una nueva percepción interna le haría bautizar los siguientes años con la jaculatoria "Jesús, en ti confío".

Recuerda que solo quería ir a la Iglesia. Pronto comenzó a ir durante largas horas a rezar, como si estuviese "imantada al sagrario y al corazón de Dios. Cuando llegaba sentía que me abrazaba, me consolaba y me ayudaba a perdonar lo imperdonable, el daño terrible que me hicieron esas personas para que no se realizaran los planes de Dios en mi vida".

Pero ahora era libre. Y lo que siempre había visto como algo "aburrido" y propio de "vidas grises" como rezar, estudiar la Biblia, confesarse y frecuentar las visitas al Santísimo, empezó a verlo con "un hambre terrible".

Aquel tiempo sería la preparación para lo que ella llama su "misión evangelizadora". Y empezó muy lejos de su hogar: si en sus días de budista, viajar a la India fue una utopía que no llegó por más que lo intentó, el viaje a Tierra Santa se repitió sin buscarlo ni quererlo, casi sin poder evitarlo.

Precisamente tras visitar Tierra Santa conocería al padre Juan Solana, director de Magdala Center.

Una misión evangelizadora que comenzó en Tierra Santa 

"Había tenido muchos anuncios de Tierra Santa. Cerraba mis ojos y era como si la conociera. Al llegar, sentía que ya la había caminado espiritualmente y que era como esas mujeres que seguían a Jesús con tanto amor", recuerda. En Tierra Santa "se despertó mi misión evangelizadora,  colaborando con Solana y los proyectos de Magdala".

Comenzó apoyando las peregrinaciones "entre bambalinas", promocionando y difundiendo las noticias.

Después, al concluir la pandemia, Marián se disponía a dar un taller de oración en Miami cuando Solana le ofreció hacerlo e Tierra Santa de forma presencial. Aún se sorprende relatando como pasó de no haber ninguna inscripción a tener el cupo completo en solo dos días.




Reynoso relata su experiencia de fe en Tierra Santa, marcada también por el conflicto reactivado entre Israel y Palestina. 

En la página Terra Sancta México, Reynoso relata como vivir la experiencia de unos ejercicios espirituales en Tierra Santa transformó su fe en múltiples dimensiones.

Tierra Santa, determinante en su fe: "Solo pienso en regresar"

"Pude imprimir en mis 5 sentidos y en mi corazón la Palabra de Dios; quedarme llena de imágenes y experiencias vivas; de encuentros con cada una de las personas de la Santísima Trinidad en mi memoria, para servirme de ellas en cada lectura, en cada oración, en cada contemplación. Es un parteaguas en mi vida espiritual y solo pienso en regresar", asegura. 

A día de hoy, afirma disponer de una "comunidad preciosa" en torno a los talleres y oración en Tierra Santa y Miami, lo que espera retomar cuando el conflicto vigente lo permita. "Parte de nuestra misión allí es rezar todo el tiempo pidiendo el don de la paz", agrega.

Uno de los talleres de oración que imparte consta de 10 días recorriendo la Tierra Santa de la en clave mariana y  en una dinámica contemplativa, visitando los lugares donde sucedieron los misterios del Santo Rosario y otros puntos emblemáticos.

Marián Reynoso en su taller de oración en Tierra Santa. 



Reynoso, junto a un grupo de peregrinas del taller de oración en Tierra Santa. 

Y pese al "parón" de Tierra Santa, admite que su vida apostólica "no para". Junto con los talleres de oración, explica que su "apostolado número uno es invitar a la gente a rezar el rosario de forma contemplativa" y recibir al Santísimo "hasta el último día" de su vida, su compromiso principal.

Marián relata cómo en su vida "hubo un antes y un después". "Hoy mi vida es simple: mi rosario, mi comunión, mi confesión frecuente, la misa y una vida apostólica activa donde compartir el amor de Dios". Y esa visión, concluye, solo es posible "gracias a que nunca regresé a nada de lo que me empoderaba, sino que me adentro en el camino de la pequeñez, donde dejamos a Dios ser Dios".

Fuente: Religión en Libertad

Santo Evangelio 25 de Abril 2024

   



Texto del Evangelio (Jn 12,44-50):

 En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».



«El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado»


P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito san Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».


Con 11 y 12 años ven ya pornografía… en su propio smartphone: «El porno no se busca, se encuentra»

  


Con 11 y 12 años ven ya pornografía… en su propio smartphone: «El porno no se busca, se encuentra»

Adolescente viendo su teléfono móvil

El consumo de pornografía está, según las estadísticas, extendido entre la mayoría de los adolescentes.

¿Hay relación entre el preocupante consumo de pornografía online entre adolescentes y la edad a la que empiezan a tener un smartphone? La realidad deja al menos un dato concluyente: la edad media con la que inician a ver contenido pornográfico también coincide con la del primer teléfono inteligente. Antes se situaba a los 12 años, pero el arco es más amplio ahora y está entre los 8 y los 13 años.

Este es un problema de primera magnitud en estos momentos. En un programa de entretenimiento de La Sexta, Beatriz Martín Padura, directora de FAD Juvenil, la antigua Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, hablaba del problema de manera conjunta: la pornografía entre los menores y la adicción a las pantallas.

En dicha entrevista afirmaba que "el 75% de los adolescentes consume pornografía” por lo que ante datos como este países como Italia se están planteando prohibir los smartphones hasta una edad concreta.

El Plan Nacional sobre Drogas habla de adicción a las pantallas, algo muy grave, pero menos frecuente que el “uso compulsivo”, que sería el paso previo. Algunas de las señales de aviso serían “no poder dejar de ver internet o las redes” sabiendo que tienen que hacerlo, o responder de manera irascible al quitar a los menores el teléfono.

La propia FAD Juventud se vio obligada a incluso a sacar una campaña cuyo lema es “Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti”, con la que trataron de alertar a los padres sobre las consecuencias del consumo de pornografía en niños y adolescentes. 

Catherine L´Ecuyer, especialista en temas de educación y muy crítica con el uso de pantallas, incidía en la relación entre la pornografía y los móviles asegurando que el 62% de las niñas y el 93% de los niños han consumido pornografía en línea antes de los 18 años y la primera visualización ocurre a los 12 años, “coincidiendo con la edad de introducción de los smartphones”.

“Sería bueno dejar de plantear las soluciones en términos de sistemas de vigilancia y de control como los filtros – que los niños se los saltan con facilidad- y preguntarnos si es lógico o razonable que un niño tenga un smartphone con 7, 12 o 13 años”, añadía L´Ecuyer.



Alejandro Villena, psicólogo experto en sexología, alerta del consumo cada vez más generalizado y temprano de la pornografía y sus efectos destructivos para la persona, tanto hacia sí misma como hacia los demás.

Los datos sobre la pornografía son desoladores. Así lo refleja la asociación Dale una Vuelta, formada por especialistas de ayuda contra esta adicción:

-11 años es la edad media para iniciar el consumo de pornografía.

-93% de los hombres vieron pornografía durante la adolescencia.

-62% de las mujeres vieron pornografía durante la adolescencia.

-1 de cada 10 menores europeos hace sexting (envío de fotos de contenido erótico o sexual por el móvil).

-90% de los niños entre 8 y 16 años han visitado una web porno.

-La pornografía en internet tiene más visitas que Twitter, Amazon y Netflix juntos.

-El 20% de la pornografía online es pornografía infantil.

-97.000 millones de dólares genera cada año la pornografía.

Además, un estudio de Save the Children afirmaba que casi siete de cada diez adolescentes españoles de 13 a 17 años consume pornografía de forma frecuente. Lo hacen fundamentalmente en la intimidad, desde el móvil, y visualizan contenidos gratuitos en los que el 88% de las escenas son escenas agresivas o violentas. El 94% de esa violencia está dirigida hacia la mujer y el 95% de ellas da a entender que a ellas les gusta ser tratadas así.



Nacho Calderón, neuropsicólogo y director del INPA (Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía Aplicadas) muestra las causas y efectos de la adicción a la pornografía y sus posibles vínculos con la violencia.

Siguiendo con esta cascada de datos terribles, destaca que el 68,2 % de adolescentes había visto pornografía en los últimos 30 días, llegando a consumir ellos el doble que ellas (81,6 % y 40,4 % respectivamente). Los chicos confirmaban que buscan este tipo de material casi a diario. Las respuestas de las chicas expresaban variaciones entre el consumo semanal o mensual.

El 53,8 % de las personas encuestadas había accedido por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7% antes de los 10 años. La edad media es de 12 años de manera global (antes de los 12 años para los chicos y los 12 años y medio para las chicas).

Precisamente, este informe incidía igualmente en que a lo largo de los años, al mismo tiempo que se han desarrollado y difundido los smartphones y redes sociales, la edad a la que accede la población adolescente por primera vez a la pornografía es cada vez más baja.

La declaración de uno de los menores encuestados es muy revelador al respecto: “el porno no se busca, el porno se encuentra”.

El doctor Enrique Rojas, un conocido y veterano psiquiatra, asegura que la adicción a la pornografía es “una epidemia mundial. Se establece una correlación entre ciertas alteraciones en el cerebro y el consumo de pornografía que arruina vidas, matrimonios, familias, una desgracia que cae sobre gente atrapada en estas redes de este drama oculto y enmascarado que degrada al ser humano, lo rebaja, lo convierte en alguien que solo ve en la mujer la posibilidad de tener algún tipo de contacto sexual, desdibujándose otras muchas posibilidades en la relación hombre-mujer. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Es maestra en ofrecer una imagen de la sexualidad utópica, irreal, delirante, absurda… que se convierte en una obsesión en distintos grados. Hoy sabemos por investigaciones recientes, que la adicción a la pornografía es más grave que la de la cocaína, pues afecta a circuitos cerebrales concretos, en donde una sustancia llamada dopamina asoma, y, después de un tiempo sin ver ese tipo de imágenes, uno se ve empujado a buscarlas, es como un imán que arrastra en esa dirección”.

Sobre esta epidemia del siglo XXI también alerta el doctor Peter C. Kleponis, psicólogo y psicoterapeuta con más de veinte años de experiencia en este campo y autor del libro Pornografía. Comprender y afrontar el problema (Voz de Papel).

En una entrevista con ReL explicaba que “ver pornografía es algo tan común que muchos son adictos sin darse cuenta”.



Kleponis justificaba así su afirmación: “la pornografía se ha convertido en la nueva droga favorita a causa de las cinco A de la pornografía:  1) Asequible: es gratis. 2) Accesible: está a distancia de un clic. 3) Anónima: es fácil de esconder o de mantener oculta. 4) Aceptada: ver pornografía es algo completamente asumido hoy entre los jóvenes. 5) Agresiva: a diferencia de otras drogas o del alcohol, la pornografía produce una gratificación inmediata y es altamente adictiva. A causa de estas cinco A, millones de personas han decidido ver pornografía habitualmente. Debido a que ver pornografía es algo tan común entre la gente, muchos son adictos sin darse cuenta”.

Ante un problema de tal gravedad que afecta a los más jóvenes, este especialista urge  a educarlos “en los peligros de la pornografía. Deben saber que es altamente adictiva, como las drogas y el alcohol. Deben saber que no muestra una visión saludable de la sexualidad. Al contrario, enseña a la gente que está bien utilizar a otras personas para el propio placer sexual egoísta. Consumir pornografía les impedirá mantener relaciones saludables. Sólo les conducirá a la soledad y el aislamiento. También hay que enseñarles que Dios tiene un plan maravilloso para la vida de cada persona. Para cumplir ese plan, deben esforzarse por vivir una vida virtuosa y saludable. Consumir pornografía les impedirá definitivamente alcanzar ese objetivo”.

Con respecto el problema con los menores este especialista hace esta recomendación a las familias: “al afrontar con un adolescente el uso de pornografía, es importante no avergonzarle por ello. A pesar de lo habitual que es el uso de la pornografía entre los jóvenes, en el fondo saben que está mal. La vergüenza que sienten por ello les fuerza a mantener en secreto el uso de pornografía. La mayor parte de los adolescentes adictos a la pornografía quieren ayuda para superarlo. Les produce demasiado temor y demasiada vergüenza. Al hablar con ellos, es importante que un padre haga saber a su hijo cuánto le quiere y cuánto le quiere Dios. Si es posible, es mejor que hable el progenitor de su mismo sexo. También es importante referirse al uso de pornografía como síntoma de un conflicto más profundo y no como un fracaso moral. Eso puede facilitarle al adolescente hablar del problema. Ofreciendo amor y compasión, y no avergonzándole, será más fácil para él admitir el problema y estar dispuesto a recibir ayuda para superarlo”.

Este es un artículo de hemeroteca publicado en marzo de 2022. 

miércoles, 24 de abril de 2024

Santo Evangelio 24 de Abril 2024

 



Texto del Evangelio (Jn 12,44-50):

 En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».



«El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado»


P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito san Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».


10 sencillas claves para que todo matrimonio, joven o mayor, creyente o no, sea «estable y feliz»

 



 10 sencillas claves para que todo matrimonio, joven o mayor, creyente o no, sea «estable y feliz»

Matrimonio feliz abrazándose. 

Unos buenos hábitos en el matrimonio pueden ser la clave de que sea feliz, estable e irrompible.

Según el Instituto Nacional de Estadística en 2018 se produjeron en España 99.444 casos de divorcio o separación. Estos datos suponen una tasa de 2,1 por cada 1.000 habitantes situando al país en uno de los puestos delanteros en cuanto al divorcio en Europa y el primero de los grandes países en habitantes por encima de Francia, Italia, Reino Unido o Alemania. En 2022, pasada la pandemia de coronavirus, la tasa fue de 1,8 por cada 1.000 habitantes,  84.551 rupturas ese año.

Una sociedad fuerte necesita también familias fuertes pues son la base de cualquier país. Pero para que un matrimonio resista hace falta cuidarlo y mimarlo, y para eso no basta únicamente la buena voluntad sino también unos buenos hábitos en la pareja que ayuden a fortalecer esta unión para que sea indestructible.

Sobre este punto sabe mucho Fernando Poveda, economista y filólogo, además de experto en Orientación Familiar. Para ayudar a tantas parejas como ya lo ha hecho en Aula Familiar ha publicado el libro La pareja que funciona, de la editorial Nueva Eva donde ofrece una serie de claves para una relación estable y feliz.

Poveda ofrece ayuda, consejos y hábitos que el matrimonio puede utilizar para que el “para siempre” que profesaron en su boda pueda cumplirse, pues son muchas las parejas que desean estar siempre unidas pero que se enfrentan a numerosas dificultades.

En un estilo ameno, pero también práctico el autor ofrece 10 claves. En la introducción explica que “son hábitos en muchos de los casos” que se convierten en “nuevas formas de ver la vida, de afrontar un día y otro… hasta conseguir un hábito”.


Entrevista realizada a Fernando Poveda en el canal familiar de YouTube "Pareja que Suma". 

En su opinión, en el fondo lograrlo no es algo tan complicado sino que “el amor está en las cosas pequeñas, en los pequeños detalles: en una mirada, en una llamada… Reduciendo, reduciendo –como los jíbaros- todo se puede concretar en una serie de hábitos que, si los seguimos, conseguiremos estar más cerca de nuestro compañero o compañera de camino. Se trata de hábitos sencillos, casi cuantificables, y que se traducen en claves concretas”.

A continuación ofrecemos estas diez claves que propone Fernando Poveda, y que él desarrolla  y amplia con mucha más profundidad en su libro:

Clave 1: Tómatelo en serio

“Si te fijas en tu vida,  en la vida de cualquier persona, verás que se dedica mucho tiempo a la preparación personal. Sin embargo, a la preparación para la familia, para la vida de pareja, no nos preparamos de igual forma”, explica Poveda.

Este es el primer punto. La familia es una inversión para toda la vida, y para este fin hay que prepararse. Hay que estudiar. ¿Cómo? Conociendo de verdad al otro, pero también a uno mismo, en todos los aspectos. Por ello, recuerda que “dicen que el amor está en los detalles, pero lo que no se dice es que para tener detalles primero hay que saber cuáles son los detalles que quiere el otro y cuáles no. Es el mundo de las necesidades del otro”.

Clave 2: Primero, lo primero

¿Qué tiene que ser lo primero para el éxito del matrimonio? Esa es la primera reflexión, “tener claras las prioridades”, en la vida, en cada decisión que se toma. A partir de ahí es importante tener en cuenta que ni los padres, ni los hijos, ni el trabajo ni las amistades son lo más importante. Evidentemente cada uno tiene un lugar fundamental en la vida, como no puede ser de otra manera, pero es la persona con la que se ha elegido vivir para siempre la que debe ocupar el primer puesto.



La Pareja que Funciona, de Fernando Poveda. 

“No hagas como esos que les preguntan a los niños; ‘¿a quién quieres más, a papá o a mamá?’. Tú no lo pienses; quiere más a aquel con el que has decidido vivir para siempre. Más que a los hijos. Más que a tus padres. Más que a tu trabajo. Más que a todo”, incide Fernando Poveda.

Clave 3: Cuida la comunicación

Para el autor, la comunicación y el trato dentro de la pareja es “la base del conocimiento mutuo” y esta es precisamente “la base del amor”. Y ofrece una reflexión muy válida para muchos padres que descuidan el matrimonio una vez que llegan los hijos: “la principal clave para la educación de los hijos es cuidar la vida en pareja, por encima de la educación de los hijos”. Y lo dice el autor, que es marido y padre de familia numerosa.

Por ello, es fundamental sacar el máximo partido al tiempo compartido en pareja.

Clave 4: Cuida tu bonsái

Aquí entra un punto fundamental. El amor puede romperse, y así lo atestiguan las cifras ofrecidas anteriormente. Por eso, insiste Poveda, “es importante cuidarlo”, y además “todos los días”, como si fuera un preciado bonsái. Y otro error que lleva a muchos matrimonios a la ruptura es creer que amor es lo mismo que sentimiento.

Por ello, considera que “plantearnos si el matrimonio es para siempre o no nos puede ayudar a no confiarnos. A luchar todos los días como si fuese el último. A volver a cuidar los detalles y no perder la esperanza. A no dejar que entre un tercero entre los dos… porque había sitio”.

Clave 5: Disfruta del sexo

En esta quinta clave, el autor incide en que “disfrutar de las cosas buenas es algo bueno en sí mismo. El placer sexual en el matrimonio es algo no sólo bueno, sino básico para que la pareja funcione”.

Por ello, también señala que “cuando se ama, se ama con toda la persona y a toda la persona. Por eso amar con el cuerpo no sólo es bueno, sino que es necesario”.

Clave 6: Al enemigo, ni agua

Fernando Poveda detalla algunos de los enemigos de la “estabilidad y la felicidad”. Y, entre otros, alerta del “yo”, pues “es necesario dejar de lado el yo para darse al otro” sustituyendo la suma “yo+sentimiento” por “el otro+amor”. También, pone el foco en el “sueño” que además de ser una necesidad fisiológica puede “despertar un instinto de supervivencia que prioriza el yo por encima de todo.

Cuidado también con confundir, como se ha dicho anteriormente, el amor con el sentimiento pues esta confusión puede llevar a basar la relación en qué siento y esto es voluble, cambiante e involuntario. Y la desidia en el matrimonio es para el autor otro enemigo a luchar.



Matrimonio riendo. 

Según Poveda, los matrimonios que saben reír y potenciar su buen humor afrontan mejor los problemas y dificultades del día a día. 

Clave 7: Practica el buen humor

Tanto la risa como el buen humor –explica el autor en La Pareja que funciona- generan endorfinas, lo que a su vez produce sensación de alegría, felicidad y ganas de vivir. Por ello, las personas que saben reírse “afrontan de una manera más sensata los problemas y dificultades de la vida”.

De hecho, ante los que pueden poner objeciones en este punto, insiste en que “el buen humor y la actitud positiva no es algo innato, sino voluntario. Es una determinación, una opción personal”.

Clave 8: Aprende a gestionar la crisis

Una cosa que hay que tener clara al casarse es que en el matrimonio los malos momentos llegan, es algo que está ahí. “Es normal que haya muchas pequeñas broncas, malos momentos, algunas crisis e incluso alguna gran crisis. Son normales. No puedes tenerle miedo ni puedes pensar que sois los únicos que pasáis por ellas. Recuerda que lo importante es saber gestionarlas”, explica el autor.

Clave 9: Intenta anticiparte

La forma más efectiva para intentar evitar las crisis tratadas en el apartado anterior o que tengan efectos más limitados es “intentar prevenir”. Todos los puntos anteriores se enfocan a esto. Pero además es fundamental “hablar las cosas. Antes de las crisis, para resolverlas, para hacer balance: hablar, hablar, hablar. Hablar por los codos. Hablar de forma asertiva. Sin reproches. Con cariño”.

Clave 10: Vuelve a enamorarte

El amor es algo dinámico que hay que renovar a diario. Y por ello el autor invita a dar el salto a realizar este proyecto juntos: poniéndote siempre en el lugar del otro; teniendo paciencia y dedicando tiempo; recordando los momentos que fueron alimentando el matrimonio; cuidándote porque el otro se lo merece; sonriendo; borrando los reproches; siendo detallista; amando; y perdonando.

Artículo publicado originariamente por Religión en Libertad en septiembre de 2020 con alguna actualización y edición menor

martes, 23 de abril de 2024

Santo Evangelio 23 de Abril 2024



 Texto del Evangelio (Jn 10,22-30):

 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».



«Yo y el Padre somos uno»


Rev. D. Miquel MASATS i Roca

(Girona, España)

Hoy vemos a Jesús que se «paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón» (Jn 10,23), durante la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Entonces, los judíos le piden: «Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente», y Jesús les contesta: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis» (Jn 10,24.25).

Sólo la fe capacita al hombre para reconocer a Jesucristo como el Hijo de Dios. San Juan Pablo II hablaba en el año 2000, en el encuentro con los jóvenes en Tor Vergata, del “laboratorio de la fe”. Para la pregunta «¿Quién dicen las gentes que soy yo?» (Lc 9,18) hay muchas respuestas... Pero, Jesús pasa después al plano personal: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Para contestar correctamente a esta pregunta es necesaria la “revelación del Padre”. Para responder como Pedro —«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16,16)— hace falta la gracia de Dios.

Pero, aunque Dios quiere que todo el mundo crea y se salve, sólo los hombres humildes están capacitados para acoger este don. «Con los humildes está la sabiduría», se lee en el libro de los Proverbios (11,2). La verdadera sabiduría del hombre consiste en fiarse de Dios.

Santo Tomás de Aquino comenta este pasaje del Evangelio diciendo: «Puedo ver gracias a la luz del sol, pero si cierro los ojos, no veo; pero esto no es por culpa del sol, sino por culpa mía».

Jesús les dice que si no creen, al menos crean por las obras que hace, que manifiestan el poder de Dios: «Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí» (Jn 10,25).

Jesús conoce a sus ovejas y sus ovejas escuchan su voz. La fe lleva al trato con Jesús en la oración. ¿Qué es la oración, sino el trato con Jesucristo, que sabemos que nos ama y nos lleva al Padre? El resultado y premio de esta intimidad con Jesús en esta vida, es la vida eterna, como hemos leído en el Evangelio.